viernes, 22 de noviembre de 2019

Cartas de él para ella.

Mi querida Marie he comenzado ha enamorarme de esta extraña tierra, de su cultura y gastronomía. Me quede impregnado de la belleza que irradia el gran bazar de Constantinopla, la verdad es que todo cuanto dicen de el se queda corto al alcance de la imaginación. Las sedas más hermosas traídas del oriente, la orgía de colores y olores que desprenden los puestos de especies son dignas de comparación a las bacanales, las librerías que ahí se encuentran enfrascan viejos saberes que el hombre ya ha olvidado.
En mis visitas al gran bazar pude conocer a una persona un tanto extraña y rodeado de misticismo, su nombre es Piri Reis un marino cartógrafo de los pocos que habla nuestra lengua. Su mera presencia me suscita un cosquilleo en mi interior que no puedo explicar, es como si diera a entender que es poseedor de secretos, secretos que podrían costarle la vida. He podido observar las pocas veces que hemos hablado que guarda celosamente unos papiros a los que no deja que nadie ponga la vista.

El ejercito otomano esta fuertemente adiestrado y su equipamiento es asombroso, los Yerlica que es como se hacen llamar los soldados que patrullan las calles están equipados con mosquetones y armaduras bellamente ornamentadas, son duros y crueles sin dudar ni un instante. He de andarme con cuidado si no quiero terminar en problemas, los mismo problemas que me hicieron partir de roma.

Sigo con la búsqueda en mi interior para poder comprender mi verdadera naturaleza, someterme y cambiarla.
He divagado en los recuerdos de antaño y traté de llegar al primero de ellos, a los  de mi infancia mas no pensé que sería tan amargo. Es tu cara la que recuerdo, es a ti, abrazándome para poder darnos calor junto a nuestros otros dos hermanos para acallar el frío de la nieve al estar desnudos tapados con una miserable sábana. Lo cierto es que cuanto más indago más soy consciente del brutal y salvaje mundo en el que nos criamos.
Algunas veces me olvido del dolor de mi agravio y el éxtasis de mi conducta risueña florece una vez más como el loto en la sangre, pero no es algo que me dure constantemente. Al ver belleza en este mundo veo reflejada su sonrisa, esa que al igual que una mosca queda embriagado por la dulce fragancia de las Dionaeas. Cuan bella y cruel puede ser la vida y su forma de enseñar aquellos que desean aprender o cambiar.
Con el tiempo nos hemos ido distanciando cada vez más uno de los otros sin contar el estado de nuestra hermana y el esfuerzo que hace mater por cuidarla.
Ahhh Marie sigo sin hallar paz interior, sin encontrar un propósito que al final de este viaje llamado vida pueda decir que haya valido la pena. Mas no te entristezca por lo que digo ya que este lobo estepario herido aun tiene dientes.
Espero que los dulces y las telas que te envío sean de tu agrado, lamento no poder llegar a verte con ellas pero tengo por seguro que no podrán eclipsar tu belleza.

Te amo hermana mía, atentamente tu hermano pequeño siempre tuyo.

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