jueves, 26 de diciembre de 2019

Cartas de él para ella

Disculpa mi tardanza Marie se que había prometido escribirte cuando volviera de regreso en mi viaje con Pirie Greis más afortunadamente no pudimos hacer ese viaje ya que el tiempo no acompañaba y ahora mi curioso amigo se encuentra viajando hacia tierra santa, aun no me atrevo a pisar esas tierras. Una parte de mí se siente indigno y la otra piensa que es la tierra indigna... me habrían colgado como un hereje por haber tan siquiera pensado esas idea, suerte que aún no han encontrado la manera de leerle los pensamientos a uno.

Las aguas de mi mente se han calmado en estas últimas semanas dándose la oportunidad de ver con más claridad y sensatez. Las emociones han encontrado un lugar confortable y cálido en mi corazón permitiendo que mis heridas comiencen a sanar. El grotesco dolor que palpitaba dentro de mí ha perdido palidez dejando tras su rastro lo bueno. Sigo pensando en ella como el primer día pero sin pesadumbre o dolor, su sonrisa sígueme proyectando esa sensación de reconfortabilidad y el dibujo de su mirar me proyecta esas fuerzas que nacen al luchar por algo que no es tuyo.
No voy a mentir que al yacer con otras es su rostro el que veo y al levantarme su fragancia inexistente es la que me hace despertar.

La vida en Costantinopolis es rica cual vergel en primavera, es impresionante el número de culturas y credos qué hay reunidos en armonía y respeto, algo de lo cual Roma debería aprender y dejar de jactarse en su diáfana hipocresía. Eso me lleva a advertirte de que he visto agentes de la santa iglesia por aquí, tratan de ocultar su presencia de forma muy aferrima lo cual me llama sumamente la atención.
Hace dos días seguí a un grupo cerca de un cementerio, se reunieron con una tal Safir Jat´azir un mercader de la zona central, no pude escuchar la conversación completamente (Lo siento Marie sabes que no puedo quedarme quiero cuando un secreto se puede discernir frente a mi ojos).
Tengo la sospecha que de alguna forma ciertos ojos de Europa tienen su atención puesta aquí.
Te mantendré al tanto de todo lo que sepa, procura de indagar algo desde ahí, la curiosidad no para de roer mi mente.

Espero que tanto madre como nuestros hermanos estén bien, por el momento es mejor que no sepan de mi, soy plenamente consciente que a madre es vigilada.

Siempre tuyo Federico Spada.

Pd: Recuerda que al mirar al cielo en la noche la primera luz que veas es aquella que a la que perteneces mi dulce Marie.


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