martes, 9 de agosto de 2016

Cuando el universo te susurra.

Fue entonces cuando lo pude ver, para mi asombro, sin poder explicarme como, con sus alas ennegrecidas, raídas, su piel cetrina siendo abrasada bajo las lagrimas amarillas que emanaban de sus ojos. Ese fue el día en que comprendí que hasta los propios demonios podían llorar por amor, por la tristeza que nace de la desolación, siendo ellos victimas de su propia condición, comprendí que inclusos aquellos que llaman malditos pueden abrazar la traición en busca de la expiación.


                                                            Te doy las gracias por hacer que la inspiración vuelva a mi.

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